Hacía tiempo que acariciábamos la idea de pasar un fin de semana juntos para convivir, orar y disfrutar de la naturaleza. Es lo que hemos hecho en Aratorés (Huesca) en el albergue que tienen allí los escolapios. Hemos disfrutado de lo lindo de este valle del Aragón, de la nieve de Candanchú y de la amistad y el cariño de nuestros hermanos y hermanas de la Comunidad del Espíritu Santo. ¡Que vengan muchas así!