Durante catorce trece años hemos llevado a cabo este servicio tan necesario de adaptar el evangelio a los más pequeños, involucrando a nuestros chavales. Este modelo de misa «familiar» entra en conflicto con el modelo litúrgico de la «misa de niños», donde las homilías se convierten en predicaciones específicas para los niños, sin apenas atención a los adultos y los jóvenes. Nos esforzamos por mantener esta alternativa, pero el estilo de nuestra comunidad ha cambiado mucho y, poco a poco, se va imponiendo la misa de niños. Lo sentimos. Seguiremos allí, ofreciendo nuestro apoyo cuando nos lo pidan, como lo hemos hecho hoy, fiesta de Cristo Rey, con la ayuda de algunos de nuestros chavales.