La colonia familiar de los últimos años se ha convertido este verano en una convivencia de unos días en Moncófar, Castellón. Tres días de hablar, jugar, pasarlo bien en la playa, descansar y orar juntos. Las circunstancias familiares de algunos de nosotros no han sido fáciles este último curso. Ponemos todo en las manos del Señor y buscamos el calor de los hermanos, que nos ayudan a caminar.
¡Gracias, Señor, por esta convivencia!