Estamos en plena pandemia, obligados al confinamiento en nuestras casas, y en plena Semana Santa. En las últimas semanas hemos tenido varias reuniones mediante videoconferencia por Skype. Hoy hemos querido hacer el viacrucis juntos por este medio.
Vivimos momentos muy duros para nosotros, nuestras familias y el mundo entero. Ninguno está indemne; todos sabemos de algún amigo que ha perdido a algún familiar, cuando no somos nosotros mismos quienes tenemos algún familiar lejano que ha sido víctima del Covid-19.
En medio de todo esto nos preguntamos: ¿qué hacer? ¿Cómo ayudar? Varios nos encontramos teletrabajando, atendiendo a los chicos de nuestros colegios, otros siguen teniendo que acudir a su oficina, a reparar aerogeneradores o a patrullar con su unidad militar. Nuestros hijos están todos estudiando desde casa…
Algunos escribimos algo especial en estos días. Muy importante el wasapostolado que todos realizamos para llevar alegría, para estar en contacto con nuestros amigos y con la gente de la parroquia, con quienes compartimos esperanzas y luces en una especie de ciberiglesia. Además, estamos presentes a las necesidades de nuestros vecinos. O cantamos todos los días después del aplauso general de las 8 de la tarde a los sanitarios y el resto de profesionales que mantienen funcionando el país. Van a llegar momentos de compartir nuestros bienes, de dar apoyo económico a los azotados por la crisis económica que va a seguir a la pandemia…
Y, ante todo, rezamos por el mundo entero. De allí que hoy hayamos querido acompañar juntos al Señor en el camino de la cruz. ¡Te adoramos, Cristo, y te bendecimos, porque por tu santa cruz redimiste al mundo!